A medio camino entre Galicia y León, el Bierzo es una rareza dentro del noroeste peninsular. La mayor parte de esta comarca se encuentra en la cuenca del río Sil, y está delimitado por las montañas de los Ancares y los Montes Aquilianos al norte, los montes de León al sur, y las Sierras da Enciña, La Lastra y O Courel al oeste.

Se trata de una región vinícola que ha cobrado gran importancia en los últimos años por la calidad de sus vinos, especialmente de los vinos tintos elaborados con uvas Mencía, aunque también se producen vinos blancos y rosados. Los viñedos se cultivan en laderas y terrazas, en suelos de pizarra y cuarcita, y las bodegas de la región han adoptado técnicas modernas para la elaboración de sus vinos, aunque mantienen también tradiciones centenarias. Además del vino, la región del Bierzo es conocida por su gastronomía, con platos típicos como el botillo (un embutido de carne y huesos de cerdo), la empanada de batallón (rellena de carne y pimiento), el cocido berciano, las castañas y cerezas de la comarca.

El Bierzo también es una región con una rica historia que se remonta a la época romana. Aquí se establecieron los primeros asentamientos mineros de la zona donde se explotaron el oro y otros metales preciosos, destacando sobre todo el espacio de las Médulas, mina de oro romana Patrimonio de la Humanidad.Durante la Edad Media, el Bierzo se convirtió en una importante región agrícola y ganadera, y fue disputada por los reinos cristianos y musulmanes. En el siglo XII, los templarios construyeron el castillo de Ponferrada, que se convirtió en un importante centro estratégico en la lucha contra los musulmanes. En los siglos XVIII y XIX, la región experimentó un importante crecimiento económico.